Había una vez un niño llamado Nacho.
Nacho se fue al bosque a cazar una liebre, cuando se fue al bosque vio entre un
par de arboles, una puerta que estaba conectada a una roca, entró y entró en el
infierno, de repente vio a dos fantasmas que le perseguían.
Se fue
pitando a su casa y le dijo a sus amigos lo que había visto.
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