Había una vez,
hace millones de años, un gran nido en un agujero que tenía 4 huevos muy
grandes, tan grandes como una pelota de football. Esos huevos eran de
tiranodonte, que son unos dinosaurios que vuelan. Cuando empezaron a romperse,
la mamá tiranodonte se dio cuenta que uno de los huevos era de un tiranosaurio
rex.
La mamá
tiranodonte se asustó mucho , pero al ver que el bebé rex se acercaba a ella
como si fuera su verdadera mamá decidió adoptarlo y lo trató como si fuera hijo
suyo . No sabía cómo había aparecido ese hueso de rex en su nido. Con el tiempo
descubrió que llegó rodando de una montaña, y como no sabía contar, ella cuidó
de los 4 huevos creyendo que eran los 3 que había puesto.
FIN
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán referirse al texto de la entrada, no entrarán en conflicto con las mejores normas de urbanidad y de lenguaje y serán firmados por la persona autora. Gracias.