UN ENFADO MORROCOTUDO
El tigre
tenía el cuerpo dolorido. Había pasado varias horas sosteniendo un árbol. No
podía ponerse derecho. Pero, sobre todo, estaba verdaderamente furioso. Lo
tenía claro. Buscaría a ese zorro
mentiroso y, cuando lograra encontrarlo, le daría su merecido. ¡Se iba a
enterar de quién era él!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán referirse al texto de la entrada, no entrarán en conflicto con las mejores normas de urbanidad y de lenguaje y serán firmados por la persona autora. Gracias.