Cuando estaba explorando, se encontró con un templo con dos calaveras en los extremos y una encima de la puerta, entró y se cerró la puerta de un portazo.
De pronto apareció un ser con cabeza rectangular y una cicatriz en la frente.
De pronto una luz dorada hizo ver la cara del ser:
-¡Es Frankenstein!- dijo Rafa.
Como se asustó, intentó escapar por la puerta trasera, pero se encontró con un perro de tres cabezas. Empezó a correr hasta que cansó al perro y se pudo ir a su casa.
FIN
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