Érase una vez, un gato que era muy
negro y en la oscuridad no se veía y todo el mundo se asustaba cuando se
encontraba con él.
Entonces se puso a pensar como podía
cambiar de color y paso por una tienda de pinturas, vio que la ventana estaba
abierta y entró. Con la pata tiró una lata de pintura y se puso a refregarse en
el suelo en ella.
Cuando llegó a su casa y lo vio su
dueño corriendo lo bañó pero no había
manera de sacarle la pintura.
Entonces el dueño lo llevo a una
peluquería y el peluquero le metió la maquina y lo rapó entero .
El gato se puso a llorar porque había
dejado de ser un gato negro y ahora era un gato calvo. Entonces el dueño le
compró una chaqueta muy chula y el fue muy feliz.
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