Érase una vez un pingüino que se llamaba
Valentino y vivía en el Polo Norte con sus padres y millones de amigos.
Una mañana Valentino y Sindi, una de
sus mejores amigas, estaban paseando por el blanco y frio hielo y decidieron darse
un chapuzón bajo el agua. Su madre que lo estaba viendo le dijo que tuviese
muchísimo cuidado y no se fuera a las profundidades. Valentino y Sindi sin
hacer caso a las palabras de su madre nadaron y nadaron muy profundo, se
estaban divirtiendo mucho. Pasado un buen rato no salían a la superficie y su
madre muy preocupada decidió ir a buscarlos:
-¡Valentino, Sindi! ¿Dónde estáis?
Valentino contestó:
-Mamá estamos aquí, vamos para allá.
A punto de salir del agua Sindi le cogió una
foca:
-¡Socorro, socorro!
Valentino sin pensarlo se lanzó al agua
a por Sindi, para pelear con la foca muy enfadado y como pudo venció al enorme
monstruo.
Sindi muy agradecida le dio un beso y desde
ese día fueron novios muy muy felices.
Valentino era muy valiente.
Que chulo jairo enhorabuena de tus papas
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