Érase
una vez una niña que quería pintar una teja porque la había visto en una casa. Entonces
se acordó que su abuela sabía cómo se hacían y se fue corriendo a su casa y le
pregunto:
-¿Abuela
me puedes enseñar a pintar una teja?
Su
abuela le contesto:
-Claro
que si amor mío.
Cuando
la niña creció, como siguió haciendo tejas se hizo una profesional, entonces
monto una tienda y le iba muy bien. Un día llegó un hombre a la tienda y
le dijo que le encantaban sus tejas y le propuso hacer un anuncio y salió por
la tele y siempre tenía la tienda llena.
Su familia estaba muy orgullosa de ella.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Los comentarios deberán referirse al texto de la entrada, no entrarán en conflicto con las mejores normas de urbanidad y de lenguaje y serán firmados por la persona autora. Gracias.