Había una vez un niño que se fue de excursión con su padre a visitar cuevas. Entraron a una y fueron dentro descubriendo más, hasta que llegaron a una que estaba amueblada y muy bonita. Dentro vivía un señor que nos invito a comer churros con chocolate.
Nos contó que allí se vivía muy bien porque en invierno estaba calentito y en verano fresquito.
Fin
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