Érase una vez una niña llamada Silvia que tenía envidia de su amiga Sara porque Sara tenía un hermano espectacular con cinco años. Se llamaba Carlos y lo que hacía era:
Se abría de piernas, hacía el pino...pero eso no lo sabía hacer Silvia. Hasta que un día, Carlos empezó a dar clases y Silvia se apuntó. Ahora Silvia sabe hacer lo que sabe hacer Carlos y está muy contenta con su trabajo. Desde ahora Silvia no tiene envidia.
FIN
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