Antonio cuando terminó de coger las frutas se fue a la cueva, se construyó unas lanzas y se fue a cazar conejos.
Al cabo de una hora regreso a la cueva con 20 conejos, se dispuso a encender una hoguera para cocinar un conejo, para estar calentito en la cueva y para que no se acercase ninguna fiera.
Se construyó una cama con una piel de oso que había cazado, y cuando acabó de cenar se fue a la cama.
Al día siguiente se levantó muy temprano y desayunó algunas setas que se encontró en el bosque. A continuación se construyó un hacha y fue a cortar árboles, y cortó diez.
Cuando iba hacia la cueva encontró unas vacas, construyó con la leña un cubo y ordeñó una vaca. Más adelante vio una manada de dientes de sable y uno de ellos mordió una piedra y se le calló el diente. La manada se retiró y Antonio fue a por el diente, cogió un palo y una liana y envolvió el diente con la liana en el palo. Al lado, había un río, sacó su lanza que se había construido con el diente y pescó algunos peces, cogió una piel de conejo que tenía guardada y se hizo una cantimplora y recogió agua del río.
Continuará...
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