Érase una vez en un zoológico un mono triste, casi nunca se
acercaban a el
y cada día el mono era más triste.
Un día hubo un grupo de niños en el zoológico, a Pedro le llamó la
atención aquel mono tan triste.
Se acerco a él lentamente ofreciéndole un plátano, el mono miraba
a Pedro con miedo, ya que nunca se había acercado nadie a él.
Al final Pedro consiguió que el mono aceptara el plátano. Desde
aquel día el mono ya no era tan triste y fue muy feliz.
FIN
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