Había una vez una niña llamada Laura que se sentía rara porque
tenía poderes pero no lo sabía. Un día su amiga María, que tenía poderes se lo
explicó a Laura y quedó impresionada. Salió a la calle para probar los poderes
que tenía pero no sabía las palabras mágicas y María se las dijo. Las dos
practicaron mucho y así Laura fue muy feliz con sus poderes y prometió que sólo
los utilizaría en caso de emergencia y para ayudar a la gente.
FIN
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