Érase una vez un niño que tenía ocho años y era un gran aventurero.
Se llamaba Antonio. Un día se fue al desierto, llegó en un avión y empezó
a caminar y caminar. De pronto escuchó un temblor, y como estaba en una montaña
empezaron a caer rocas.
Cuando las rocas estaban cayendo, el niño saltó encima de ellas y
empezó a correr y cuando llegó al precipicio el niño saltó
hasta el otro lado del precipicio y encontró allí un escorpión y con un palo se
lo clavó al escorpión y le quitó el aguijón y se lo comió. Allí encontró una
gruta en la que había agua y sacó la cantimplora de su mochila y la llenó. Aquí
encontró un cangrejo y lo metió en una bolsa con agua y se lo llevo como
mascota....
Continuará
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