Había una vez un toro verde
que buscaba pareja, y la encontró, pero se cayó en un charco de barro y la vaca
roja no lo reconoció.
Al día siguiente la vaca
roja no sabía donde estaba el toro verde, así que se buscó a otro toro y no era
verde, era negro y el toro verde tenía celos y nunca llovía, hasta que un día
llovió un poco, pero todavía le quedaban manchas de barro y cuando fue con la
vaca roja, no lo reconoció.
Al día siguiente el dueño
del toro negro se lo llevó a una granja, y al día siguiente llovió mucho y todo
el barro se le quitó y cuando fue con la vaca roja lo reconoció y tuvieron
terneritos, se llamaban Mario, Javi y María.
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