Érase
una vez una abeja muy trabajadora que siempre iba de flor en flor recogiendo
polen y nunca se paraba.
Se
levantaba muy temprano para recoger el polen que podía y llevarlo a su colmena.
Era tan trabajadora que cuando terminaba ayudaba a las demás a recoger el
polen.
María
era la más querida de todas sus amigas.
Todas
las personas tenemos que hacer lo que hace María.
FIN
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