Había una vez, un niño que se llamaba
Mateo.
Era fin de semana y Mateo había
estado jugando toda la tarde
con sus amigos, hasta que se le hizo
de noche.
Cuando llegó a su casa, su madre le
dijo:
-¡Mateo, dúchate que vienes muy
sucio!
Mateo fue a ducharse y cuando Mateo
se metió en la bañera.......gritó....:
- ¡Aaaaaaaaa! ¡Un bicho!
Mateo se asustó tanto que se cayó al
suelo. Su madre vino corriendo y cuando lo vio también se asustó porque el
bicho era muy grande. No sabían si picaba o no.
Cuando se tranquilizaron, cogieron al
bicho con mucho cuidado y lo soltaron por la ventana para que se fuera a su
casa.
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